Mosaiquísmo en Francia

Nenaslibres
1 nov 2020
2 Min. de lectura

Después de la granja orgánica nos fuimos al norte de Francia. Llegamos a Saint Rèmy Les Chevreuse, Anne nos esperaba con sus caballos, sus patos, gallinas y su jardín con un pequeño lago y varios voluntarixs que se repartían las tareas de alimentar a los animales, cuidar sus espacios y varias veces cocinar para todxs en la casa. Mucha de la comida era de los jardines de Anne y otras venían de afuera de la casa.

Empezamos organizando unos espacios que estaban bastante dejados de lado y los pusimos a punto para que se puedan usar, también arreglamos un biombo enorme con tela y engrapadora, la elección de las telas fue enteramente de Anne y sobre gustos, hay mucho escrito, dicen.

Nosotras, afortunadas como siempre, teníamos una casita propia, a la que le decían la capilla.

Teníamos bastante independencia y comíamos cuando sentíamos ganas de comer, muchas veces solas, ya que preferimos dedicarle concentración al momento de comer y alimentar nuestros cuerpos, mas que estar charlando. Otras veces salíamos a tomar mate al lago que teníamos ni frente a nuestra pequeña casa, la vista desde nuestra cama era hermosa, llena de colores y pájaros.

Principalmente estuvimos la mayor parte de nuestro tiempo dedicándonos a armar una pared de mosaicos, con una imagen que Anne traía de Italia y que quería dejar en una de sus paredes del exterior de su casa. La casa de Anne estaba llena de arte y manualidad, reciclados y mas arte.

En nuestro tiempo libre caminábamos por lo alrededores de Saint Rèmy

y justo antes de que Francia volviera a entrar en lockdown y no se permitiera la circulación, decidimos ir a visitar Paris. Una visita fugaz para recorrer los lugares mas icónicos de la ciudad parisina.